domingo, 25 de septiembre de 2016

Hay que aprender a alejarse de quienes no nos necesitan

Tenemos que aprender a priorizarnos y a comprender que, para bien o para mal, somos las únicas personas imprescindibles en nuestra vida y que todos aquellos que nos perjudiquen, sobran
Si estás habituado a usar las redes sociales, seguro que ya conocerás esa opción llamada “Eliminar amigo”. En ocasiones, acumulamos en estos espacios a personas que no conocemos de verdad, relaciones que nos traen más problemas que beneficios.

A día de hoy, y en especial entre la gente más joven, es común que las amistades se terminen de este modo. Quien no existe en sus redes sociales, no existe en sus vidas. Es una forma fría y algo impersonal de romper vínculos.

Ahora bien, tomando este ejemplo, también muchos de nosotros deberíamos hacer lo mismo en la vida real. En ocasiones cargamos relaciones a nuestras espaldas que vetan mucho nuestro crecimiento personal.
No obstante, no se trata tampoco de ir llamando puerta por puerta para avisar de que no queremos trato alguno. Se trata solo de saber priorizar y de no invertir tiempo y esfuerzo en quien no los merece.

Cuando ya no nos necesitan: La importancia de saber verlo

No siempre es fácil darse cuenta de cuándo llega ese momento en que dejamos de ser importante para alguien. Y no solo eso, algo que también puede suceder es que nos pierdan el respeto, y que esa necesidad se vuelva interesada.

Es necesario saber diferenciar entre quienes te necesitan de forma auténtica y quienes, en realidad, se han “desapegado” hace tiempo de nuestro corazón.

Si tienes hijos seguro que habrás notado que siempre llega un instante en que dejan de necesitarnos. Ahora bien, ello tiene que ver con su propia madurez, con su capacidad de ser independientes.

Porque los hijos, en realidad, siempre nos van a necesitar. Estamos hablando, claro está, de afectos.

Hay amistades que aparecen siempre de forma puntual en los instantes más interesados. Cuando necesitan un favor, cuando necesitan ser escuchados “y solo nosotros sabemos hacerlo”. Debemos tener cuidado en estos casos.

Mostraremos apoyo, afecto y comprensión a nuestras amistades, siempre y cuando exista reciprocidad. Una amistad, al igual que todo tipo de relación, se basa en un intercambio sincero de emociones, pensamientos, apoyos…

Si no sientes ninguna de estas dimensiones y ves que esas personas solo te buscan cuando quieren algo a cambio, no tengas reparos en poner límites.

No se trata, tal y como hemos señalado antes, de romper el vínculo de la noche a la mañana. En realidad, basta solo con decir la verdad de lo que sientes y marcar límites.

“Esto no puedo hacerlo porque no me viene bien”, “Estoy notando que solo buscas mi amistad cuando necesitas algo. Desearía más reconocimiento a mi persona por tu parte”.
El placer de importar a quien de verdad importas

No te preocupes si a lo largo de los años has tenido que dejar a muchas personas en tu camino. En realidad, de eso se trata la vida, de ir avanzando para quedarnos con lo mínimo, con lo que de verdad importa y hace grande tu corazón.

Quien anda más ligero de mente y más cargado de corazón disfruta de mayores felicidades y por ello no debemos tener reparos en dejar a un lado a quienes no nos necesitan.


Habrá momentos en que sientas verdadero dolor al comprobar que alguien que te es muy significativo ha dejado de darte importancia. De reconocerte, de necesitarte.

Sanar el dolor por ese descubrimiento requiere tiempo pero, a su vez, debemos recordar siempre que el mayor amor de nuestras vidas debemos ser siempre nosotros mismos. Si uno mismo no se quiere y no se respeta, no será capaz de abrir la puerta de las segundas oportunidades.

Las personas que de verdad te importan, en realidad, son muy pocas, pero seguro que son las mejores. No se trata pues de “acumular gente” como hacemos en las redes sociales. En la vida real priorizamos y amamos lo que tenemos ante nosotros.

Los que te necesitan de verdad te lo demuestran. Y lo hacen de forma íntegra, sin egoísmos ni chantajes. Porque quien te quiere te respeta y sabe establecer ese intercambio cotidiano donde todos ganan y nadie pierde.

Si la gente que te necesita sabe demostrártelo, no olvides nunca demostrar reciprocidad. Hacer notar a quienes nos rodean que los necesitamos es una forma de reconocimiento muy poderosa, porque los hace sentirse útiles, importantes y piezas imprescindibles en nuestra red de afectos más cercana.
Las personas necesitamos muchas cosas para vivir: alimento, cobijo, calor, una casa, instantes de ocio y de libertad. Ahora bien, no debemos olvidar que las cosas más importantes de este mundo no son “cosas”, sino personas.

De ahí la importancia de saber cuidar, atender, reconocer y, sin lugar a dudas, dejar atrás pesos inútiles que solo pueden causarnos daño y poner frenos a nuestro crecimiento personal.

Priorízate. Mira cada día por ti y por quienes de verdad son importantes.


Fuente: el post completo y original lo puedes consultar en mejorconsalud

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