Tenemos
que aprender a priorizarnos y a comprender que, para bien o para mal, somos las
únicas personas imprescindibles en nuestra vida y que todos aquellos que nos
perjudiquen, sobran
Si estás habituado a usar
las redes sociales,
seguro que ya conocerás esa opción llamada “Eliminar amigo”. En ocasiones,
acumulamos en estos espacios a personas que no conocemos de verdad, relaciones
que nos traen más problemas que beneficios.
A día de hoy, y en especial
entre la gente más joven, es común que las amistades se terminen de este modo. Quien no existe en sus redes sociales, no existe en
sus vidas. Es una forma fría y algo impersonal de romper vínculos.
Ahora bien, tomando este
ejemplo, también muchos de nosotros deberíamos
hacer lo mismo en la vida real. En ocasiones cargamos relaciones a
nuestras espaldas que vetan mucho nuestro crecimiento
personal.
No obstante, no se trata
tampoco de ir llamando puerta por puerta para avisar de que no queremos trato
alguno. Se trata solo de saber priorizar y de no invertir tiempo y esfuerzo en
quien no los merece.
Cuando ya no nos
necesitan: La importancia de saber verlo
No siempre es fácil darse
cuenta de cuándo llega ese momento en que dejamos de ser importante para
alguien. Y no solo eso, algo que
también puede suceder es que nos pierdan el respeto, y que esa necesidad
se vuelva interesada.
Es necesario saber
diferenciar entre quienes te necesitan de forma auténtica y quienes, en
realidad, se han “desapegado” hace tiempo de nuestro corazón.
Si tienes hijos seguro que
habrás notado que siempre llega un instante en que dejan de necesitarnos. Ahora
bien, ello tiene que ver con su propia madurez, con su capacidad de ser
independientes.
Porque los hijos, en
realidad, siempre nos van a necesitar. Estamos hablando, claro está, de
afectos.
Hay amistades que aparecen
siempre de forma puntual en los instantes más interesados. Cuando necesitan un
favor, cuando necesitan ser escuchados “y solo nosotros sabemos hacerlo”.
Debemos tener cuidado en estos casos.
Mostraremos
apoyo, afecto y comprensión a nuestras amistades, siempre y cuando exista
reciprocidad. Una amistad, al igual que todo tipo de
relación, se basa en un intercambio sincero de emociones, pensamientos, apoyos…
Si no sientes ninguna de
estas dimensiones y ves que esas personas solo te buscan cuando quieren algo a
cambio, no tengas reparos en poner límites.
No se trata, tal y como
hemos señalado antes, de romper el vínculo de la noche a la mañana. En
realidad, basta solo con
decir la verdad de lo que sientes y marcar límites.
“Esto no puedo
hacerlo porque no me viene bien”, “Estoy notando que solo buscas mi amistad
cuando necesitas algo. Desearía más reconocimiento a mi persona por tu parte”.
El placer de
importar a quien de verdad importas
No te preocupes si a lo
largo de los años has tenido que dejar a muchas personas en tu camino. En
realidad, de eso se trata la vida, de ir
avanzando para quedarnos con lo mínimo, con lo que de verdad importa y
hace grande tu corazón.
Quien anda más ligero de
mente y más cargado de corazón disfruta de mayores felicidades y por ello no debemos tener
reparos en dejar a un lado a quienes no nos necesitan.
Habrá momentos en que
sientas verdadero dolor al comprobar que alguien que te es muy significativo ha
dejado de darte importancia. De reconocerte, de necesitarte.
Sanar el dolor por ese
descubrimiento requiere tiempo pero, a su vez, debemos recordar siempre que el mayor amor de nuestras vidas debemos ser siempre
nosotros mismos. Si uno mismo no se quiere y no se respeta, no será
capaz de abrir la puerta de las segundas oportunidades.
Las personas que de verdad
te importan, en realidad, son muy pocas, pero seguro que son las mejores. No se
trata pues de “acumular gente” como hacemos en las redes sociales. En la vida
real priorizamos y amamos lo que tenemos ante nosotros.
Los que te necesitan de
verdad te lo demuestran. Y lo hacen de forma íntegra, sin egoísmos ni
chantajes. Porque quien te quiere te respeta y sabe establecer ese intercambio
cotidiano donde todos ganan y nadie pierde.
Si la gente que te necesita
sabe demostrártelo, no olvides nunca demostrar reciprocidad. Hacer notar a
quienes nos rodean que los necesitamos es una forma de reconocimiento muy
poderosa, porque los hace sentirse útiles, importantes y piezas imprescindibles
en nuestra red de afectos más cercana.
Las personas necesitamos
muchas cosas para vivir: alimento, cobijo, calor, una casa, instantes de ocio y
de libertad. Ahora bien, no debemos olvidar que las cosas más importantes de este mundo no son
“cosas”, sino personas.
De ahí la importancia de
saber cuidar, atender, reconocer y, sin lugar a dudas, dejar atrás pesos inútiles que solo pueden causarnos
daño y poner frenos a nuestro crecimiento personal.
Priorízate. Mira
cada día por ti y por quienes de verdad son importantes.
Fuente: el post completo y original lo puedes consultar en mejorconsalud
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