domingo, 25 de septiembre de 2016

RENDIRSE: LA RENDICIÓN ES EL ENEMIGO DEL ÉXITO

SI TE RINDES, PIERDES

No rendirse, no rendirse, no rendirse. Porque, cuanto más cerca se está del éxito más impedimentos aparecen en el camino. Cuanto más cerca estás de alcanzar los sueños, más impedimentos parecen cerrarte el camino.
Esto es así, siempre ha sido así y, ten la seguridad, siempre será así.
¿Por qué? Pues es como una especie de ley no escrita que te pone a prueba hasta los últimos momentos para saber si, de verdad, quieres obtener aquello que te has propuesto. Si eres merecedor de que se cumplan los sueños porque, en realidad, son tus sueños o por si sólo se trata de un capricho pasajero que, en verdad, no guarda ningún interés real en ti, en tu interior.


Pero, ante este raudal de complicaciones, impedimentos y contrariedades lo único que tienes que hacer es, en primer lugar, no desesperarte. En segundo lugar, detenerte y pensar, fríamente, cómo solucionar cada uno de ellos. Y, en tercer lugar, jamás rendirte. Porque tienes que sacar fuerza del hecho de que, todo ese cúmulo de contrariedades lo que te están indicando es que estás a un paso de conseguirlo.

LA CONSECUCIÓN DE LOS SUEÑOS ES COMO UNA BOTELLA DE CHAMPÁN. LAS BURBUJAS NO SE RINDEN

Las burbujas se agolpan bajo el tapón ejerciendo una presión considerable que quiere hacer saltar dicho tapón por los aires para poder salir, libre al fin, fuera del encierro de la botella.

Pues bien, así es la vida. Según avanzamos hacia la obtención de nuestros deseos, de nuestros sueños, de nuestras metas, las burbujas se van agolpando, sin rendirse, en el final de su camino contra el corcho que es el último impedimento con el que nos vamos a encontrar, la última frontera que tenemos que traspasar, el último muro que tenemos que derribar para, al fin, poder salir al exterior, para, al fin, conseguir todo aquello que siempre hemos soñado, todo aquello que siempre hemos deseado.

Y, si las burbujas se rindiesen, si no siguiesen empujando el tapón –esa última barrera que les separa de la libertad- éste no saldría despedido por los aires y ellas no rebosarían, alegremente, el cuello de la botella en una explosión de júbilo y extrema alegría inundando todo a su alrededor.

NO PERMITAMOS QUE LAS BURBUJAS, NUESTRAS BURBUJAS, PIERDAN SU FUERZA. NO PERMITAMOS QUE LAS BURBUJAS, NUESTRAS BURBUJAS, SE RINDAN

No permitamos eso nunca. Porque, de ser así, no conseguiremos, nunca, que nuestros sueños y nuestras esperanzas se conviertan en realidad.
Empujemos, siempre empujemos hacia arriba. Incluso cuando los impedimentos parecen hacerse más fuertes. Es más, justo en esos momentos es cuando más fuerza tenemos que poner. Porque, la meta está a un paso.

Cuando esto nos suceda. Cuando los escollos, las trabas, las cortapisas parezcan crecer e impedirnos la continuidad en nuestro camino. Cuando todo parece ponerse en contra y tenemos esas inmensas ganas de abandonarlo todo, de rendirnos. Sentémonos tranquilamente y meditemos por unos momentos. La solución vendrá a nuestra mente como si alguien nos la hubiese susurrado a nuestro oído y nos daremos cuenta de lo fácil que era y nos parecerá mentira cómo no habíamos dado antes con ella.

Ese será el momento en el que el tapón de la botella saldrá disparado y todos nuestros sueños, todas nuestras ilusiones y todo aquello que siempre habíamos soñado para nosotros y para nuestros seres queridos venga, sin freno, hasta nosotros. Simplemente porque no nos hemos rendido.


La rendición es el enemigo del éxito, de nuestro éxito. No nos rindamos jamás. Por muy difícil que nos puedan parecer las cosas, por muy complicadas que se nos presenten. Porque ese es el momento de empujar con más fuerza.



Fuente: el post completo y original lo puedes consultar en gransistema 

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