jueves, 29 de septiembre de 2016

“Si luchamos contra los pensamientos negativos, les damos fuerza”

Escrito por D. Ferran Martínez Gómez
Distorsiones, ideas irracionales que nos hacen ver el presente y el futuro de forma dramática. Así define los pensamientos negativos Ferrán Martínez Gómez, miembro de Saluspot y psicólogo especialista en psicología clínica en Capsel Psicología. Con ellos anticipamos fracasos o desgracias, ponemos excesivas exigencias personales y expectativas poco realistas en nosotros o en los demás. Descubre en esta entrevista las claves para no teñir la vida de negro.
 
Foto:newsinmind
¿Son perjudiciales los pensamientos negativos?
Todos podemos tener ideas pesimistas en momentos o temporadas. El problema es cuando se vuelven recurrentes y obsesivas: pensamientos automáticos, negativos y autolimitantes que aparecen sin avisar y en el momento más inoportuno generando gran perturbación y conflicto emocional.

¿A qué problemas de salud conducen?
Suelen producir trastornos de ansiedad, de estado de ánimo, depresión y problemas de inseguridad. En lo físico pueden generar trastornos psicosomáticos derivados del estrés, angustia, miedo o depresión, problemas estomacales, colon irritable, problemas de hipertensión, circulatorios y corazón, dolor de cabeza, dolores musculares, cansancio extremo o falta de concentración. Además, baja la efectividad del sistema inmunitario, por lo que somos más proclives a infecciones y constipados, y vulnerables al prevenir enfermedades más graves.

¿Qué tratamiento existe?
Se aplican terapias basadas en la evidencia, como la terapia cognitivo conductual, donde se aprende a cambiar esa visión irracional o distorsionada por otra más objetiva y realista, minimizando los trastornos o problemas que comporta.


¿A quién afectan más?
A cualquier persona, especialmente en determinadas épocas estresantes o circunstancia vitales complejas. Pero quienes padecen algún trastorno de personalidad (como obsesivo-compulsivos, maniaco-depresivos o trastornos límites de personalidad) son candidatos a enquistar o crear esos malos hábitos.
  
¿Es cierto que cuanto más intentamos apartar un pensamiento negativo, más nos compaña?
Normalmente al focalizar la atención sobre un pensamiento obsesivo le damos mucha importancia, lo cargamos de emoción negativa. Por ello, paradójicamente, en vez de distraernos, aceptarlo o no darle tanta importancia, luchamos en contra de él y le damos fuerza, cosa que impide que se marche, incluso facilitamos que aumente.

¿Cómo podemos prevenirlos?
Controlar todo lo que puede producir estrés, nervios o miedos, procurar ser objetivos y realistas para evitar que esos pensamientos se enquisten. Relajación, aceptación, objetivos realistas, valorar el presente y lo pequeño. Esto puede ayudarnos a tener una visión personal y del mundo más objetiva y a no engancharnos en círculos negativos.

¿Qué hacer si ya los sufrimos?
● No alimentar los pensamientos negativos u obsesivos, aceptarlos y trabajar el estrés que producen y luego debatirlos en frío para ver sus exageración o inadecuación con la realidad.
● No resistirse a ellos: cuando surjan, hay que dejarlos fluir con la máxima serenidad, sin luchar contra ellos (así no les daremos importancia y no se archivarán) y buscando su utilidad.
● Exponerse a ellos haciendo lo siguiente: cuando te venga el pensamiento lo aceptas y le dices que ahora no le puedes prestar atención pero que lo harás más tarde, entonces vas a ponerte media hora (en el horario que tu elijas) a rumiar sobre ese pensamiento, y durante ese tiempo te lo permites, lo haces con ganas.

Con estas herramientas conseguiremos acotar los pensamientos obsesivos y cambiar la relación de importancia respecto a ellos. Perderán fuerza y conseguiremos vencerlos, siempre con paciencia, progresivamente.


Por D. Ferrán MartínezGómez, miembro de Saluspot y psicólogo especialista en psicología clínica en Capsel Psicología.

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