Por lo visto se ha podido
determinar que la mente inconsciente puede detectar una mentira, incluso cuando
la mente consciente no se da cuenta. Un nuevo estudio revela que la mente
consciente puede obstaculizar nuestra capacidad para detectar la mentira.
Los investigadores
encontraron que cuando se trata de detectar el engaño, los sentimientos
automáticos pueden ser más precisos que el pensamiento consciente para ayudar a
los seres humanos a diferenciar las verdades de las mentiras, ya que de forma
intuitiva sabemos leer perfectamente los signos que delatan la mentira.
Los resultados, publicados
en la revista Psychological Science, sugieren que la conciencia puede
dificultar nuestra capacidad de detectar si alguien está mintiendo. Esto podría
deberse a que los seres humanos tendemos a buscar el comportamiento
supuestamente estereotipado de los mentirosos, como inquietud, o cuando las
personas evitan el contacto visual. Sin embargo, tal comportamiento no puede
ser todo lo que indica una persona indigna de confianza.
Sin embargo, estos
comportamientos pueden no ser del todo indicativos de que una persona no es
confiable, como Leanne ten Brinke, la autora de un nuevo estudio de
investigación de la detección de mentiras: “Nuestra investigación fue motivada
por el hallazgo desconcertante pero consistente de que los humanos son muy
malos detectores de mentiras, acertando con sólo un 54% de precisión en las
tareas tradicionales de detección de mentira.”
Estos resultados no son
mejores de los que nos daría contestar aleatoriamente, pues tenemos
estadísticamente hablando, un 50% de posibilidades de acertar. por tanto, este
es un hallazgo que parece estar en desacuerdo con el hecho de que los seres
humanos solemos ser sensibles a los sentimientos de otros, lo que están
pensando, etc.
La hipótesis planteada para
el estudio fue que estos resultados aparentemente paradójicos pueden ser
explicadas por procesos inconscientes. Tal y como argumenta Brinke, “Nos
pusimos en marcha para probar si la mente inconsciente puede coger un
mentiroso, aun cuando la mente consciente no”.
¿Podrán los participantes
captar la diferencia?
Los investigadores
escogieron a 72 participantes a los que pusieron a ver vídeos de “sospechosos”
en un simulacro de entrevista. Algunos de los sospechosos realmente habían
robado un billete de 100$ de un estante de libros, mientras que otros no lo
habían hecho. Sin embargo, todos los sospechosos fueron instruidos para decirle
al entrevistador que no habían robado el dinero. De este modo, un grupo de sospechosos
estaba mintiendo, mientras que el otro grupo estaba diciendo la verdad.
Cuando se les pidió a los
participantes que dijeran de quién sospechaban que estaba mintiendo y quién
estaba diciendo la verdad, las respuestas fueron bastante inexactas: sólo fueron
capaces de detectar al mentiroso en un 43% de las veces, y quién decía la
verdad en el 48% de las ocasiones.
Los experimentadores, sin
embargo, también les pasaron a los participantes una prueba de pensamiento
inconsciente. Se les mostró una serie de palabras, algunas de ellos asociados
con la mentira y otras asociados a la búsqueda de la verdad.
Lo que encontraron fue que
los participantes mostraban una asociación inconsciente entre las palabras
relacionadas con el engaño y los sospechosos que habían sido detectados como
mentirosos.
Del mismo modo, las palabras
relacionadas con la verdad inconscientemente estaban asociadas con los
sospechosos que había estado diciendo la verdad.
En la prueba de
inconsciente, por tanto, los participantes obtuvieron mucho mejor resultado que
en la prueba conscientemente.
Estos hallazgos desafían la
visión tradicional de los seres humanos como malos detectores de mentiras:
“A través de dos
experimentos, medidas indirectas de la precisión en la detección de engaño eran
superiores a las medidas tradicionales y directas, que proporcionan una fuerte
evidencia de la idea de que, aunque los humanos no pueden informar de manera
consciente quién está mintiendo y quién está diciendo la verdad, en alguna
parte menos consciente, reconocen cuándo alguien está mintiendo “.
La pregunta entonces es: si
en algún nivel sabemos cuándo la gente está mintiendo, ¿cómo podemos acceder a
esta información?
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